
Los estudios realizados en los últimos 20 años han demostrado que el insomnio y la falta del sueño son factores de riesgo para muchos otros trastornos, incluidas las enfermedades cardiovasculares y la diabetes, pero especialmente en el campo de la salud mental. Existe una estrecha relación entre el insomnio y la depresión y en el tratamiento de la depresión, el insomnio a menudo actúa como un factor de riesgo permanente para la recaída de la depresión. Por lo tanto, existe la necesidad de resolver los problemas de sueño, que también pueden ser una estrategia muy valiosta para prevenir los trastornos mentales. En la actualidad, hay todo un grupo de fármacos que pueden resolver los problemas para conciliar el sueño, mejorar la duración y calidad del sueño.